El Ifevi refuerza la vigilancia del parking tras sufrir el robo de 20 kilos de cable de cobre
El Ifevi redobla la vigilancia de su parking. Después de sufrir la madrugada del viernes al sábado el robo de 20 kilos de cable de cobre -cerca de 200 metros- de la instalación eléctrica del aparcamiento, el recinto ferial de Cotogrande ha decidido dotarse de casi una decena de nuevas cámaras de vigilancia. El objetivo, como explican desde el departamento de seguridad del centro, es blindar el control de "todo el perímetro exterior".
En la actualidad las cinco cámaras instaladas en el solar dejan fuera de su alcance varios "puntos ciegos". Su seguimiento depende por completo de los guardias jurado, que hacen su ronda ayudados por los dispositivos de vigilancia. Otras cinco lentes tipo "domo" velan por la tranquilidad dentro de los pabellones.
La nueva instalación permitirá visualizar en los monitores cuanto acontece en el aparcamiento. La dirección tendrá que contratar siete cámaras que se distribuirán por el solar. Los responsables de la seguridad pretenden controlar así el acceso y evitar nuevos hurtos. El alto precio del cobre en el mercado negro eleva el valor de los 200 metros de cable sustraídos el viernes a 2.000 euros. En el Instituto Ferial de Vigo no se recuerda ningún episodio similar.
Un robo con nocturnidad
A la espera de que las fuerzas de seguridad aclaren cómo se produjo el robo y quiénes fueron sus responsables, en el Ifevi tienen sus propias hipótesis. La primera, que los "cacos" tuvieron que entrar de noche -"sobre las doce de la madrugada", precisan- y a pie. Un vehículo del otro lado de la verja les esperaría para cargar los cerca de 20 kilos de metal.
Los autores del robo actuaron con rapidez y contundencia. Localizaron el cableado de las farolas y tiraron de él hasta arrancarlo. "En total pudo haberles llevado unos 15 minutos", calculan. Ayer aún era visible el surco por el que transcurría la instalación eléctrica del alumbrado.
El robo de cobre es una práctica cada vez más habitual en la ciudad. A principios de mes la Policía Local tomó cartas en el asunto al "desaparecer" 14 tapas de alcantarilla del valioso metal en el paseo de Samil durante un mismo fin de semana. La venta de esas piezas en el mercado negro es sin embargo más difícil que la del cableado de las farolas, ya que -como precisaban entonces los agentes- incluyen el sello de su fundición. Identificar la procedencia del hilo metálico resulta mucho más complicado.
Fuente: Faro de Vigo
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